lunes, 11 de enero de 2016

IM.......PERFECTA



IM  PERFECTA...........


 
 

Doña Perfecta es una novela de Benito Pérez Galdós escrita en 1876. Pertenece al grupo de "novelas de tesis" del autor canario y ha sido considerada por algunos críticos como una de sus obras tempranas más importantes. El propio Galdós hizo una adaptación teatral, estrenada en Madrid el los primeros días de 1896. En diferentes versiones, la novela fue llevada al cine en México (1950) y en España (1977.Doña Perfecta, viuda y vecina de Orbajosa, una ciudad provinciana de la "España profunda", acuerda con su hermano residente en Madrid preservar el patrimonio familiar casando a su hija Rosario con su sobrino Pepe, brillante ingeniero, al que invita a visitar Orbajosa y conocer a su prima.






Pepe Rey, educado en un ambiente más evolucionado, progresista aunque católico chocará la mala impresión que les produce tanto a Doña Perfecta como al cura del pueblo, Don Inocencio. Nada podrán contra ello las buenas vibraciones que nacen entre Rosario y Pepe. El drama amoroso se desencadena, terminando en tragedia.



  Doña Perfecta (1876), inicialmente publicada en la Revista de España, puede ser la novela más leída de Galdós. Acentúa la tesis de sus planteamientos y el maniqueísmo de sus personajes.

Narra la muerte del ingeniero Pepe Rey en Orbajosa, donde iba a contraer matrimonio con su prima Rosario. En Orbajosa le acecha el caciquismo, la Iglesia y las fuerzas reaccionarias. De acuerdo Pepe con su amigo, el militar Pinzón, descarta raptar a Rosario y muere asesinado por el faccioso Caballuco. La hipocresía de Orbajosa califica de suicidio el crimen cometido. 
 
  


Doña Perfecta

MANUSCRITO AUTOGRAFO DE DOÑA PERFECTA





FINAL MANUSCRITO

PERSONAJES
  • Pepe Rey, Romeo de la novela, sobrino de Doña Perfecta, presentado en el capítulo III como un típico "victoriano", "el hombre del siglo" (se refiere al siglo XIX). Ingeniero y por tanto símbolo del progreso tecnológico, en el análisis de Varey y Ribbans Pepe Rey es sin embargo un puritano dentro de la tradición católica, con trasnochados y caballerescos sentimientos de honor, que se ve superado por la oscuridad de Orbajosa y la tiranía de Doña Perfecta: "Era razonable, y soy un bruto; era respetuoso, y soy insolente; era culto, y me encuentro salvaje" (cap. XIX).
    • Rosario, Julieta de la novela, hija de Doña Perfecta y prometida de Pepe Rey, víctima del enfrentamiento entre ambos. Representante de un de los típicos modelos de antiheroína galdosiana, siempre dubitativa, desgarrada por dos amores (el respeto filial por su madre y la pasión por su novio).
    "...¿por qué antes no sabía mentir, y ahora sé? ¿Por qué antes no sabía disimular y ahora disimulo? ¿Soy una mujer infame?... Esto que siento y que a mí me pasa es la caída de las que no vuelven a levantarse... ¿He dejado de ser buena y honrada?... Yo no me conozco. ¿Soy yo misma o es otra la que está en este sitio?... ¡Qué de terribles cosas en tan pocos días! ¡Cuántas sensaciones diversas! ¡Mi corazón está consumido de tanto sentir!..."
    "Doña Perfecta" cap. XXIV
    • Doña Perfecta, personaje central y eje ideológico de la novela, una de las "mujeres del universo Galdós" con más fuerza; una matrona que se convertiría en "símbolo de la intolerancia religiosa y civil, de absolutismo y de inflexibilidad; causa de la infelicidad de las buenas gentes que viven a su alrededor". Su creador, Galdós, la retrata así casi al final de la novela:
    "No sabemos cómo hubiera sido doña Perfecta amando. Aborreciendo tenía la inflamada vehemencia de un ángel tutelar de la discordia entre los hombres. Tal es el resultado producido en un carácter duro y sin bondad nativa por la exaltación religiosa, cuando esta, en vez de nutrirse de la conciencia y de la verdad revelada en principios tan sencillos como hermosos, busca su savia en fórmulas estrechas que sólo obedecen a intereses eclesiásticos. Para que la mojigatería sea inofensiva, es preciso que exista en corazones muy puros."
    "Doña Perfecta" cap. XXXI
    • Inocencio: Párroco de Orbajosa, enemigo dialéctico de Pepe Rey e interesado en que la relación del forastero y la hija de Doña Perfecta se frustre para dar oportunidad a casar a Jacintito, hijo de su sobrina Doña María Remedios, con Rosarito.
    • Caballuco: Mote de Cristóbal Ramos, instrumento armado de Doña Perfecta, paradigma del conservadurismo y la ambición.
    • Orbajosa: Con carácter de personaje, el escritor retrata una "pequeña ciudad levítica", sin vida intelectual ni económica, un botón de muestra de la "España profunda" anclada en la tradición, donde nunca pasa nada. Orbajosa (como en otras cosmogonías galdosianas como la Ficóbriga de Gloria o el Socartes de Marianela), es "patria de los tafetanes y caballucos" (metáfora del autor, asociando el tafetán a las mujeres y bautizando a los campesinos de aspecto brutal con el apodo del personaje "Caballuco").
     

    lunes, 4 de enero de 2016

    ENTIERRO DE PEREZ GALDOS EL 5 DE ENERO DE 1920

    ENTIERRO DE
    DON BENITO MARIA DE LOS DOLORES PEREZ GALDOS
    5 DE ENERO DE 1920
     
     
     
     
    "La España oficial, fría, seca y protocolaria, ha estado ausente en la unánime demostración de pena provocada por la muerte de Galdós. La visita del ministro de Instrucción Pública no basta... Son otros los que han faltado... El pueblo sabe que se le ha muerto el más alto y peregrino de sus príncipes".
     
     
    En señal de duelo, esa noche del 4 de enero se cerraron todos los teatros de Madrid con el cartel de No hay función. En la prensa madrileña y nacional, algunos diarios como el conservador La Época publicaron números extraordinarios glosando la imagen del escritor canario fallecido.
     
     

    Entierro multitudinario

    El lunes 5 de enero de 1920, rodeando el féretro la Guardia Municipal, de gala, y cubierto por coronas de flores, partió el entierro de Benito Pérez Galdós. Los periódicos hablaron luego de que 30 000 personas habían pasado por la capilla ardiente y de que unas 20 000 formaron cortejo extraoficial hasta el cementerio. Aunque en esa época no era costumbre que las mujeres acudieran a los entierros, en aquella ocasión abrió la excepción la actriz Catalina Bárcena, y en cuanto el duelo oficial se retiró, a la altura de la Puerta de Alcalá, progresivamente fueron acudiendo las otras mujeres de Madrid: las menestralas, las obreras, las madres de familia de las clases populares. El abuelo que contaba historias que ellas podían entender y sentir, el hermano escritor que las había inmortalizado con muy diversos nombres y sentimientos, emprendía aquella fría tarde su último viaje.