PEPE REY

 
PEPE REY , personaje de la obra de Benito Pérez Galdós  DÑA. PERFECTA .
 

 
Pepe Rey: joven y brillante ingeniero acostumbrado a la metrópoli de Madrid que se traslada a Orbajosa con la intención de casarse con su prima Rosario. Pepe representa los ideales progresistas de la España decimonónica. Unos ideales que no estaban reñidos con el catolicismo pero que sí veían una evolución, una apertura de la sociedad. Pepe ciertamente sufre una transformación durante su estancia en Orbajosa. En un principio, el joven tratará de lidiar con sus problemas a través de la palabra y el temple para, tiempo después, terminar practicando las mismas tretas que sus enemigos; esta ‘involución’ avergonzará profundamente al joven, como confiesa en una carta a su padre.

BENITO PEREZ GALDOS
 
Pepe Rey, encerrado en un colegio de Sevilla, hacía rayas en un papel, ocupándose en probar que la suma de los ángulos interiores de un polígono vale tantas veces dos rectos como lados tiene menos dos. Estas enfadosas perogrulladas le traían muy atareado. Pasaron años y más años. El muchacho crecía y no cesaba de hacer rayas. Por último, hizo una que se llama De Tarragona a Montblanch. Su primer juguete formal fue el puente de 120 metros sobre el río Francolí.
Durante mucho tiempo doña Perfecta siguió viviendo en Orbajosa. Como su hermano no salió de Sevilla, pasaron no pocos años sin que uno y otro se vieran. Una carta trimestral, tan puntualmente escrita como puntualmente contestada, ponía en comunicación aquellos dos corazones, cuya ternura ni el tiempo ni la distancia podían enfriar. En 1870 cuando don Juan Rey, satisfecho de haber desempeñado bien su misión en la sociedad, se retiró a vivir en su hermosa casa de Puerto Real, Pepe, que ya había trabajado algunos años en las obras de varias poderosas compañías constructoras, emprendió un viaje de estudio a Alemania e Inglaterra. La fortuna de su padre (tan grande como puede serlo en España la que sólo tiene por origen un honrado bufete), le permitía librarse en breves periodos del yugo del trabajo material. Hombre de elevadas ideas y de inmenso amor a la ciencia, hallaba su más puro goce en la observación y estudio de los prodigios con que el genio del siglo sabe cooperar a la cultura y bienestar físico y perfeccionamiento moral del hombre.

Pepe dejó la carta sobre la mesa, después de pasar la vista por ella, y tranquilamente dijo:


—Mi tía quiere que me case con Rosario

 

Cuando Pepe Rey llegó al arquitectónico umbral de la casa de Polentinos, ya se habían hecho multitud de comentarios diversos sobre su figura.


 

 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario